martes, 30 de junio de 2015

''Si vienes a mí te vas a perder'' me dijo.

De repente desee perderme en todos y cada uno de los rincones de su cuerpo, de su alma.
Perderme en los cajones, en los armarios y en su cabeza desordenada.
Desee perderme para no volver a encontrarme nunca . Bueno, a lo mejor si dejaría que me encontrara, pero para volverme a perder en él.
Y así sucesivamente, en un estilo de vida en el que el ritmo lo marcan los latidos de nuestros corazones y se quedan cortas todas las razones.
Porque ya no hay razones. Porque simplemente me he perdido. Estoy perdida. Me pierdes. Me encuentras. Y vuelvo a perderme para que me encuentres en el mismo sitio de siempre, esperando ese momento en el que no importa nada más.
Realmente, nunca ha importado nada más.

jueves, 25 de junio de 2015

Es como cuando apagas las luces, por la noche, te pones los cascos y escuchas tu canción preferida.
Es como cuando lees un buen libro, o como ese momento en el que el agua de la playa roza tus pies después de un año entero de sequía.
Es ese momento en el que la felicidad es tal que solo quieres compartirla. Es ese mismo momento en el que la persona que hace que tengas esa felicidad, es precisamente con quien quieres compartirla (si eso te pasa, sientete orgulloso).
Es, y será lo que tenga que ser.
Puedo poner todos los argumentos de analogía y ejemplificación que sean necesarios, teniendo un único fin.
No hacen falta explicaciones para explicar algo que justamente no las tiene.

Hay que sentir, vivir.

No se si es destino, azar, casualidad o causalidad. Pero estás aquí. Y yo estoy aquí, contigo.

domingo, 21 de junio de 2015

Día 1 sin tí. Día 1 conmigo

Es hora de seguir mi camino, y la mejor forma de avanzar es tropezar. Puede que eso explique todo lo demás.
Quizás, llegue un momento en el que ya no busque más respuestas (en tus ojos, digo), aunque si somos realistas, nunca me diste respuestas. Tampoco me hiciste plantearme preguntas.
Simplemente, el instinto de sobrevivir me llevaba siempre hasta tus brazos y los puntos suspensivos que fuimos poniendo durante un largo periodo de tiempo se convirtió en un contundente punto y final.

Lo siento, amor:

Le cogí alergia a esas ganas incondicionales de quererte.